martes, diciembre 05, 2006

Antiamericanismos en una economía dolarizada ( I )

Mucho ruido se ha suscitado en las recientes elecciones presidenciales del Ecuador con respecto al tema de las relaciones con los Estados Unidos por parte del Presidente electo Rafael Correa, especialmente con dos temas que se convirtieron en estandartes de su campaña para la segunda vuelta:
  1. Su interés por no otorgar prórrogas a la base militar de Manta
  2. La decisión manifiesta de no firmar el acuerdo de libre comercio o TLC
Sin embargo, lo que se escapa a la vista de muchos de los electores que apoyaron a este candidato el pasado 26 de noviembre es que ambos temas son tan amplios que no basta con manifestar que no se trabajará en ellos sin que esto afecte los intereses de la economía ecuatoriana, por demás resentida.

No debe perderse de vista el hecho de que casi un ochenta por ciento (80%) de la balanza de pagos del Ecuador está sustentada en la relaciones comerciales que actualmente sostiene con los norteamericanos y que, desde el punto de vista de negocio, quien más puede perder en ese manejo caprichoso de la economía son los mismos ecuatorianos.

Tampoco deben olvidarse que, para bien o para mal, la decisión de dolarizar su economía ha permitido un desarrollo y equiparamiento económicos con los demás países de la región que bien podría retrasarse de no contar con los recursos provenientes del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y que les permite contar con un mecanismo transaccional como lo es el dólar.

No estaría de más pensar que si se rompen las relaciones comerciales y de cooperación militar con los Estados Unidos, el presidente electo deba recurrir a emitir nuevamente una moneda propia, situación que no ha sido prevista por Correa en sus postulados de gobierno y para la cual el país no cuenta con presupuesto. Además, de cambiar nuevamente el sistema monetario ecuatoriano se correría el riesgo de afectar la economía con factores devaluacionistas, podría perderse el acceso a créditos internacionales y aumentar las calificaciones de riesgo país no solo frente a los Estados Unidos, sino incluso frente a la Unión Europea, socio comercial importante en el tema bananero.

El nuevo presidente ha de pensar con menos ligereza y mayor amplitud mental sino quiere terminar como guardián de su propio panóptico ecuatorial.

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